lunes, 4 de noviembre de 2019

Waldo de los Ríos 2001 - Solo Piano






Formato: FLAC
Tamaño Rar: 270,85 MB

Solo piano, increíbles grabaciones, hechas entre 1962 y 1965 para diferentes audiciones radiales y que aportó el coleccionista Julio Álvarez Vieyra. Pero el disco, producido por Litto Nebbia, cuenta también con seis bonus tracks de destacados músicos argentinos. La calidad de estas obras y los nombres de los intérpretes realzan aún más la figura del homenajeado y la ponen en su justo lugar.

Las primeras cuatro grabaciones son clásicos del folklore argentino: Zamba de mis pagos, de los Hermanos Ávalos y la Vidala del nombrador (Falú-Dávalos), por ejemplo. Es deliciosa la interpretación, despojada de adornos innecesarios pero siempre cantando, siempre diciendo. Luego llegan siete composiciones del propio De los Ríos, en las que se aprecia su pertenencia a más de una tradición: por un lado la de la música popular argentina, y por el otro la de la escritura pianística contemporánea. 

La facilidad con la que combina armonías del siglo XX con los ritmos más autóctonos nos lo acercan inevitablemente a otro grande de nuestra música como lo fue el “Cuchi” Leguizamón. La precisión y soltura técnica en la ejecución, la calidad de su toque debussyano lo hacen único e inimitable. 

Es capaz de regalarnos piezas románticas como Pasionaria, que parece conjugar en pocos minutos a Chopin con Gershwin y Ariel Ramírez (su contemporáneo) para luego entregarnos el popular Terroncito. La serie de doce grabaciones de Waldo de los Ríos concluye con una versión de la zamba Allá lejos y hace tiempo, de Ramírez, precisamente.

Los bonus tracks incluyen nombres ilustres como Manolo Juárez que nos regala su Río de los Waldos, o Litto Nebbia haciendo una Cueca para Waldo (con una banda formada por César Franov en bajo, Marcelo Moguilevsky en flauta y Horacio López en batería, nada menos), y Eduardo Lagos que le escribe y toca Mi amigo Waldo (con arreglo y dirección de Oscar Cardozo Ocampo y la participación de Fernando Suárez Paz en violín, entre otros). 

Pero también hay lugar para dos piezas más del autor: la escurridiza Fuera de ritmo y Tero-Tero, tocadas por Khorus y La Posta, respectivamente. Todo el álbum es un resumen de calidad y emotiva expresividad por el arte popular, desde el conocimiento y el cariño por la música.


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