Jordi Sabates amb Toti Soler 1973 - Jordi Sabates amb Toti Soler

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INFO:

Jordi Sabatés , al piano y Toti Soler , a la guitarra española y eléctrica, espoleados por las ideas musicales que Miles Davis había expandido, aunque con personalidad y lenguaje propios, registran seis canciones extraordinarias:

"Bicicletas marinas" ( Soler ), comienza con unos acordes de guitarra y piano al unísono que poco a poco van separándose por dialogar. Da la impresión de que los músicos estuvieran en el fondo del mar y, instrumento en mano, fueran describiendo todo lo que veían, con frases misteriosas y oscuras. Ahora habla el uno, ahora otro, siempre respaldaban, compartiendo la misma impresión. El piano se adentra en unos fraseos arriesgados, vertiginosos, hasta que se encuentra con la guitarra flamenca de su amigo que la ampara y la acompaña, y le toma el relevo para que, al cabo de más de seis minutos, a lomos de unos acuerdos fantasmagóricos, vuelvan a la superficie.

"Moyenne Girl" ( Sabatés ), una melodía delicada sobre una frase de guitarra que se va repitiendo, nos lleva el encanto y la ensoñación. Sabatés , inspiradísimo, domina la canción, marcando el camino a Toti . Y la canción termina con una melodía de las que te dejan suspirando.

"Poema do Brasil" ( Sabatés - Soler ) parece una pieza medieval, a pesar de los aires brasileños que coge hacia la mitad. Es entonces, que Sabatés toma la voz solista con una melodía muy bonita que se desboca cuando Toti le da marcha (reminiscencias de Orfeo negro) . Después, ambos vuelven a la melodía inicial, que desvaneciéndose llangorosament.

"La mariposa de la muerte" ( Soler ) es una pasada. Aquí, Toti coge la Les Paul y sale de madre: la guitarra aúlla disonancias. El wah-wah adentra por una melodía llena de belleza, dolor y misterio; una oscuridad que ya empezaba a formar parte de los tiempos. La belleza tiene diferentes caras, vive en palacios suntuosos y en cuevas subterráneas inexploradas. Aqueta es, sin duda, la cara oscura. En definitiva: nueve minutos de tensión y rabia que Toti lleva hasta el límite y sin concesiones. Y Sabatés la acompaña, fraternalmente, en este viaje de soledad, sin abandonar nunca.

"Morgue o berenice" ( Sabatés ). Piano y guitarra eléctrica. Sabatés toma las riendas de esta melodía europea que las manos eléctricas de Toti rompen y enmascaran. El apartan de los jardines para llevarla a un bosque sombrío, a la luz de la luna, de estatuas silenciosas que lo hacen aún más solitario.

"Canción de cuna" ( Sabatés ). Con Toti haciendo voces tenebrosas, comienza este último tema, el más corto del disco. Piano y guitarra flamenca, en un claro del bosque de antes, tocan unas notas solitarias, como gotas de humedad que caen de una neblina nocturna que se ha ido poniendo sobre este jardín ultraterrena. Para quién es esta canción de cuna? Para las estatuas sin vida? Para la añoranza de mañana?

Jordi Sabates amb Toti Soler - Bicicletes marines