martes, 6 de abril de 2021

Germán Coppini 1987 - El ladrón de Bagdad

Formato: FLAC 
Tamaño Rar: 306,99 MB 

    En 1987 Germán Coppini se lanza en solitario con este "El Ladrón de Bagdad" (Hispavox, 1987), con una más que decente aceptación. De hecho, su primer single, "Alien divino", alcanzaría el número uno en los 40 Principales. ¿Sintomático? Quizá. Con un comienzo que aglutina parte de las temáticas recurrentes de Germán, cine y ciencia ficción, una enigmática melodía de banda sonora en conexión con las atmósferas que conseguirían Autechre años después, se va desplegando hacia un inicio muy similar al de "El Ángel Exterminador" (Hispavox, 1990) de Berlanga, también años después. 

Poco a poco se le van fundiendo elementos arabescos a este “El ladrón de Bagdag” con un estribillo que tanto recuerda al “Cumpleaños total” de Los Planetas, de nuevo varios años después. Una buena canción, provista del dandismo de Morrisey, del buen Miguel Bosé o del más acertado Fernando Márquez, El Zurdo. Una buena canción con la que empezamos a ilusionarnos. Pero desafortunadamente no hay lugar para ello. Porque “Mamá África” es terrible. Es de ese tipo de composiciones en las que no sale la melodía, y el estribillo explota descompasado como último recurso. 

Desenganchada cada parte, y arrítmica. Algo del Bowie del laberinto, con ecos tribales, todo sin fundir. Insufrible, larga, eterna en sus cuatro minutos. Como lo peor de "La Exposición Internacional de los 80" (Nuevos Medios, 1986) de Pop Decó. “Alien divino” tiene un mal comienzo, con un ritmo sosegado y ecos jazz de sobremesa. Una baladaochentera al más puro estilo Kiss FM que si bien suena a gloria tras el anterior experimento étnico, se pierde en la facilidad de los ritmos, muy previsibles. "Alien" tampoco es una palabra muy sugerente, que digamos, sólo en boca de Sting puede serlo. Lo mismo pasará con “Africana”. Canciones correctas, pero aburridas. 

 Un tema cabaretero, como "Hete aquí", con deje a lo Raphael inclusive en el que se habla a saltitos, silábicamente, nos da de nuevo una de arena y pastosa pero bien pastosa teatralidad. Realmente es difícil llegar a los últimos temas sin apagar antes el reproductor. Pero tras “Aprendiz de brujo” (reggae de baratijo) y "Por una caperuza" (Michael Jackson de baratijo), aparece la industrial “Despierta escuela”. 

Curiosamente vanguardia en este caso es significado de ritmo, con detalles interesantes como el sugerente eco en la voz. Interesante y de agradecer, al fin y al cabo, así como la reflexión que en ella se hace. Se cierra con la sentida “Santiago”, que no logra emocionar (sólo al principio), sino exasperar y en donde dice “Qué han hecho de ti, qué horror”, yo digo qué penita. 

 

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