lunes, 21 de junio de 2021

Gelu 2002 – Vol. 3 Todas sus grabaciones (1966-1969)

Formato: FLAC 
Tamaño Rar: 438,83 MB 

   En la calle Fábrica Vieja, de Granada vino al mundo María Ángeles Rodríguez Fernández. Su padre, que con el tiempo sería su representante y mejor aliado artístico, era un cantante aficionado y en casa la radio estaba puesta a todas horas. Pronto dejó los estudios de bachillerato para dedicarse a cantar. A los trece años, inscrita por su hermana mayor, se presenta a un concurso de Radio Granada: "Música al Azar", con eliminatorias en los estudios de la emisora y victoriosa final en el teatro Isabel la Católica. 

La suerte estaba echada, Gelu, sobrenombre con el que la bautizó su hermano, iba a ser cantante. En esos años, su padre la había matriculado en el Conservatorio de su ciudad y en las clases particulares del maestro Novi, con quien aprendería los secretos de la voz. Tras su triunfo granadino, se traslada a Madrid, pero allí, tras una prueba para la cadena SER, el experto de turno dictamina: “No sirve para cantar delante de un micrófono”. Con todo, vuelve a ganar en el concurso "Conozca a sus Vecinos" y su padre recurre a otro ilustre granadino, el periodista Tico Medina, que, a su vez, le recomienda a Jesús Alvárez, que trabajaba ya en una incipiente televisión de cartón piedra. 

Actúa en directo en un programa de televisión y empieza a ser una voz conocida. Regresa a Granada y actúa durante el verano de 1959 en el Balneario de Lanjarón. Algún directivo de La Voz de su Amo tiene ocasión de escucharla y convence a la familia Rodríguez de que allí, la niña no tiene ningún futuro y les recomienda trasladarse a una ciudad con mayores oportunidades. 

 La siguiente salida, en 1960, tiene Barcelona como destino, donde están radicadas casi todas las discográficas. Con quince años graba ocho canciones para La Voz de su Amo, que aparecerán en dos EP ese mismo año. En el primero de ellos, un par de títulos que se escucharán por doquier: “Los gitanos” y “Después de seis tequilas”, que la darán a conocer en toda España. 

Su voz aguda y juvenil, sus grititos y su especial afán en no parecerse a ninguna figura extranjera, aunque cantase sus mismos repertorios, la van a convertir pronto en una máxima figura de lo que entonces se llamó nueva ola y poco más tarde ye yé. 

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