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Tercer LP de Alameda, también grabado en Madrid, como los dos anteriores; pero esta vez en los estudios Kirios. Un disco que casi podríamos dejar reducido a una sola canción: "Aire cálido de abril", tal vez el mejor tema que nos ha dejado este quinteto sevillano en toda su intermitente historia.
El grupo sabe dar con la tecla en el tema que da nombre a todo el disco. Una sencilla balada magistralmente interpretada a la que los arreglos de David Thomas sientan de maravilla. Estos arreglos incluyen una sección de cuerda, que será una de las novedades que el grupo presente en este disco. "Aire cálido de abril" se inicia con un piano que nos retrotrae a la música andaluza más popular, enseguida envuelta por la cuerda.
De pronto, José Roca arranca a cantar una letra que se te mete dentro. Esta vez, el cantante se aleja de melismas innecesarios y es capaz de dar vida a una simple melodía cargada de sentimiento. Una gema en estado puro.
Sobre el resto valdría ese tópico de "más vale correr un tupido velo". La manida "Puente azul", el tostón instrumental de más de cinco minutos titulado "Santa Clara", la floja "Zalima" con aires de rock o las tópicas referencias flamencas de "Tierra del sur" son temas perfectamente olvidables que poco aportan a la trayectoria del grupo.
Por el contrario, entre las destacables pueden incluirse los aires rumberos de "Cuando llega la aurora", que se sale de la monotonía general del disco con una melodía absolutamente popular aderezada de una guitarra con guiños al rock. También es reseñable la extraña "El portil" con un inquietante inicio de oscuros sintetizadores y efectos de aguda percusión a los que se unirá el violín y las cuerdas. Un tema que nos recuerda la experimentalidad de Soft Machine, por poner un ejemplo.
También resulta notable "Sangre caliente", llena de matices y sugerencias.
Un tema que destila grandiosidad, sin resultar recargado en ningún momento, que invita a ser escuchada más de una vez. Muy buena aquí la intervención vocal de José Roca y la percusión del habitual colaborador, Javier Benet, músico de la Orquesta Sinfónica RTVE.
Un LP en el que, a pesar de los arreglos orquestales de David Thomas y la cuidada grabación, el grupo no logra acercarse a las cotas marcadas en su primer trabajo. También se pone en evidencia que en 1981 para el rock andaluz había llegado la hora de renovarse o morir; sin que en esa renovación estuviese claro qué caminos debía seguir.
Julián Molero - http://lafonoteca.net/disco/aire-calido-de-abril
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