sábado, 9 de octubre de 2021

Baccara 1979 - Colours

Formato: FLAC 
Tamaño Rar: 595,43 MB 

    Tras el flojete y apresurado “Light My Fire” (RCA, 1978) hacen un pequeño paréntesis para currarse un poco más este tercer LP del dúo hispano-alemán. Se olvidan de sus presuntas raíces hispanoamericanas y vuelven por los caminos del pop. Tal vez la pareja de pigmaliones Frank Dostal y Rolf Soja no dan con la tecla de una gran composición al tiempo comercial y con gotas suficientes de calidad; sin embargo, este cuerpo de canciones como grupo homogéneo es de lo mejorcito de la producción de Baccara. 

La canción que se lanzó como principal es “Ay, ay, sailor”, muy bien interpretada por unas voces que demuestran que están aprendiendo a cantar. Complicidad, buen rollo y picarona alegría a raudales para abrir este álbum. Otra de las canciones más atractivas es “Body-talk” que, vaya usted a saber por qué, en España se retituló “Baila tú”. Es un tema lento y complejo, alejado del habitual meneo discotequero del dúo. Buenas voces dentro de sus limitaciones, varias capas de teclados y cambios rítmicos alejados del piñón fijo de trabajos anteriores. 

Entre los temas menos conocidos de este “Colours” (RCA, 1979) cabe citar el irónico guiñó al viejo charleston de “Boomerang”, muy bien cantado por una María Mendiola convertida en una gatita de lo más incitante. Cambiando el paso, hallamos la solemne “For you”, con unos teclados bien trabajados y una melodía en la tradición de las grandes de la canción europea. 

La novedosa “Grovin' kinda lovin'”, en la onda de unos Pretenders dulcificados, pero con unas voces e instrumentación de lo más moderno para su época, constituye para los oyentes una sorpresa de lo más agradable. El dulcísima y levemente country “Roses in the snow” tampoco desmerece en absoluto respecto a las citadas. 

Hay también algún tema tedioso como “I’ll learn to fly tonight” pero, desde luego, se trata de un LP tan poco conocido en la actualidad como recomendable y que marca el deseo del dúo y sus mentores por evolucionar y no quedarse anclado en una música disco a la que el público empezaba a dar la espalda.
 

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