sábado, 9 de octubre de 2021

Baccara

Su nombre artístico Baccara 
proviene de una variedad de rosa roja de tallo largo.

   Si preguntamos cuál fue el primer español que consiguió un nº 1 absoluto de ventas en Gran Bretaña, seguramente unos contestarían que Los Bravos, otros dirían Julio Iglesias. Pues no. Los Bravos fueron nº 2 y Julio sería nº 1 cuatro años después que Baccara consiguiera la hazaña con su primer hit: “Yes, Sir, I can boogie”. Venderían cerca de quince millones de copias en todo el mundo y entraría en el Guiness como el disco más vendido de un dúo femenino en toda la historia de la música. 

Pero no cojamos el rábano por las hojas. La historia empieza unos años antes, cuando la riojana Mayte Mateos y la madrileña María Mendiola coinciden en 1974 en TVE, que por entonces mantenía un ballet estable que actuaba en varios de sus programas. En 1976 quedan en el paro y deciden formar un dúo artístico que bautizan como Venus. Ninguna de las dos era cantante ni cantaba entonces especialmente bien. 

Lo suyo era el baile y ya se sabe que es complejo bailar sin música, por lo que deciden preparar su propio material sonoro. Se presentan en enero de 1977 en el programa “Palmarés” en una actuación en la que lo único destacable fue la longitud de sus piernas y la brevedad de sus shorts. 

Son contratadas para una sala de Zaragoza en la que apenas duran una semana con un repertorio de canciones hispanoamericanas, algún tema pop y mucho baile. El dueño las despide aduciendo que son demasiado elegantes, su representante se desliga de ellas y alguna discográfica vaticina que no tienen ningún porvenir en esto de la música.

María Mendiola tira de amistades y conocidos y logra que las contraten en el exclusivo Hotel Luxury, en la isla de Fuerteventura con la condición de incluir varios números de flamenquito para guiris en su show. Aquí se les va a aparecer la Virgen de los Artistas en forma de ejecutivo alemán. Se da la casualidad que en ese hotel pasa unos días Leon Deane, gerente de la RCA, que queda obnubilado con las mozas y les deja una tarjeta con la dirección de su discográfica en Hamburgo. 

Mayte y María no tienen nada que perder y un mes después se plantan allí. Hacen una prueba y los alemanes piensan que las dos españolas pueden ser un estupendo recambio para Boney M, Silver Convention y otras reinas de la discoteca lanzadas desde el país teutón bajo la etiqueta de Sonido Munich. Ponen a las dos chicas bajo la dirección de un joven compositor y director de orquesta, Rolf Soja y del letrista Frank Dostal. 

Preparan a marchas forzadas un single y un LP que van a meter a las dos españolas de cabeza en la leyenda. “Yes Sir, I can Boogie” (RCA, 1977) se erige en uno de los discos más vendidos en Europa en ese año, nº 1 en Alemania, Bélgica, Israel, Holanda, Suecia, Suiza y en octubre de 1977 llegarían a la cima de la lista de ventas británica. En Francia llegaría al nº 3 y unos meses más tarde encabezaría listas de ventas en lugares tan lejanos como Japón o Hong Kong. En España alucinaban. 

Nadie sabía quiénes eran y cuando ya el disco declinaba sus ventas en el extranjero, aquí nos enterábamos de su existencia y para noviembre ocupaban por fin también el nº 1 de ventas en nuestro país. Poco después de la salida del single, aparece el LP “Baccara” (RCA, 1977) que redondearía las ventas millonarias y del que saldría su segundo single: “Sorry I’m a Lady” (RCA, 1977), que vendería más de cinco millones de copias, volvería a ser nº 1 en Alemania, Bélgica, Noruega y Holanda. 

Se metería también en el top 10 en Gran Bretaña y España. El diseño de imagen es muy cuidado. Mayte siempre de negro, María siempre de blanco y ambas moviéndose de maravilla. Susurros cargados de sensualidad, pronunciación inglesa ciertamente peculiar y sofisticación a flor de piel. 

Musicalmente, Soja y Dostal preparan temas de música disco trufada de elementos mexicanos que a los rubios del norte les venden como folclore español. Ellas cantan normalmente al unísono, superponiendo sus voces y las partes de una sola voz suelen corresponder a Mayte. Voces insinuantes que completan un producto perecedero, pero que no deja frio a la vieja Europa.

En noviembre de 1977 representan a la República Federal Alemana en el Festival de Tokio que organizaba la Fundación Yamaha. Parten como favoritas con la canción “Mad in Madrid”; sin embargo, acaban en una de las últimas posiciones. 

La televisión nacional de Luxemburgo, previa votación mayoritaria de su público, elige a Baccara como su representante en Eurovisión 78, evento a celebrar en Paris. La discográfica RCA no sabe cómo agradecer los enormes beneficios que las dos españolas están suponiendo para sus arcas y les propone que la propia discográfica correrá con los gastos de sus vestidos. 

Mayte nos comenta que acuden a un desfile de la casa Christian Dior al que son invitadas junto a casas reales y lo más granado de la nobleza europea. Eligen un modelo blanco y el modisto, rompiendo las normas de su casa, accede a reproducirlo en negro para completar el vestuario eurovisivo. Con Rolf Soja como compositor y director de orquesta cantan “Parlez-vous Français?” que consigue el séptimo puesto. Pero el inapelable jurado de los compradores de discos convierte esta canción en la más vendida de aquella edición, repitiendo nº 1 en Bélgica y Suecia. 

 La canción aparece como la guinda de su segundo LP: “Light My Fire” (RCA; 1978), menos brillante que el anterior, pero que mantiene las señas de identidad marcadas en el anterior. Poco antes se había publicado también un sencillo con otra de las canciones más conocidas de su carrera: “The Devil Sent You to Laredo” (RCA, 1978), que conocería la doble versión en inglés y español. Todo va sobre ruedas para el dúo. 

Las televisiones de toda Europa se las rifan, sus galas les reportan importantes beneficios económicos y tienen lugar en las salas y discotecas más exclusivas. En Alemania se les concede el Premio Bambi que viene a reconocer a las principales figuras artísticas de aquel país. Al principio del siguiente año aparece “Colours” (RCA, 1979), que supone una importante bajada de ventas, aunque temas como “Ay, ay Sailor / One, Two, Three, That’s Life” (RCA, 1979) se defienden bien en el mercado de 45rpm. 

Es un álbum incomprendido hasta cierto punto en el que intentan evolucionar su estilo y alejarse un tanto de la música disco. Baccara prepara un nuevo sencillo con visos de remontar su carrera, un tanto caída tras su tercer long play. La canción se titula “Sleepy-Time Toy” y la RCA ya se frota la manos. Pero en plena distribución del disco en Alemania, los abogados de María Mendiola presentan un interdicto que bloquea la venta del disco. 

Exige que su voz se oiga en plano de igualdad con la de Mayte, que cantaba casi por completo el tema. La RCA no accede a estas pretensiones, recoge el disco por imposición legal y se come las doscientas mil copias que ya estaban prensadas. De este modo tan absurdo se acaba Baccara. La continuidad de la pareja en estas condiciones resulta inviable.

Rolf Soja y su equipo se desligan del dúo y ellas quieren separarse. La discográfica alemana les obliga a cumplir el contrato y grabar un cuarto long play. Baccara cambia su habitual imagen glamurosa para jugar a ser dos chicas callejeras. También sus canciones cambian notablemente, haciendo un pop bastante anodino. “Bad Boys” (RCA, 1981) es su trabajo más flojo. 

Canciones cantadas casi por relevos para cumplir con el 50% del tiempo aproximadamente para cada una. A pesar de ser grabado en estudios ingleses, ni siquiera se publica en aquel país. En España se editará con notable retraso y prácticamente a escondidas. Tampoco ayuda a las ventas la escueta campaña promocional con Mayte y María dando un espectáculo patético sin ensayar coreografías, sin hablarse entre ellas y cantando y bailando a su bola. Ambas inician carreras individuales que se saldan con sendos fracasos sin paliativos.

La RCA, dueña del nombre, apuesta por Mayte, mientras que María Mendiola graba para Movieplay, pero ninguna se sale con la suya de triunfar en solitario. Entonces, Mayte reforma Baccara con Marisa Pérez en 1983. María se retira momentáneamente para regresar en 1985. Como no puede usar el nombre, funda el dúo New Baccara junto a Marisa, que había sido compañera de ambas en el ballet de TVE y que ha roto su dúo con Mayte. A partir de ahí se inicia un auténtico descalzaperros. Por Baccara (las de Mayte) pasan Ángela Muro, Jane Comeford, la veterana cantante Isabel Patton, Francesca Rodrigues, Paloma Blanco y unas cuantas más. Finalmente, Paloma duraría bastante más que las restantes. 

Por su parte, New Baccara obtiene algunos éxitos menores por Europa y también asistimos al desfile de compañeras: Marisa Pérez, Laura Mendiola, sobrina de María, y Cristina Sevilla (que también había colaborado antes con Mayte). A partir de 2000, el dúo de María comienza también a denominarse Baccara, aumentando aún más la confusión existente al respecto. Muchos fueron los perjudicados por la ruptura traumática del dúo, pero ellas mismas fueron las principales damnificadas.

 Actualmente existen por ahí dos dúos que dicen llamarse Baccara, dos webs oficiales, dos blogs oficiales y una serie de discos de calidad más que dudosa en la que junto a nuevos temas, graban y regraban las canciones de su época dorada. El desencuentro entre ambas alcanza niveles de esperpento. En el apartado de discografía de una de las webs citadas ni siquiera se citan sus cuatro LP juntas, sino que marca 1986 como inicio de la discografía de Baccara. 

 En algunas de las más prestigiosas catalogaciones discográficas, se reconocen únicamente como auténticos discos de Baccara los grabados por María y Mayte juntas. Algo parecido ocurrió con su antología: “30th Aniversario” (Sony, 2007) en la que la todopoderosa discográfica dejó fuera todo lo que Mayte y María habían hecho por separado. Nos apuntamos a estas ideas, pues a partir de 1982 no cabe hablar de Baccara como tal, sino de dos dúos enfrentados que reclaman para sí una muy dudosa autenticidad, negando la legitimidad del otro. 

Por tanto, en la discografía incluimos solamente discos de la formación original editados en España. Las Baccara han sido adoptadas por la población gay como iconos festivos. No existe en la actualidad bar de ambiente, exhibición de drag queens o espectáculo de travestís donde no se escuchen sus canciones. Es realmente este sector el que ha mantenido incólume la memoria de un dúo que triunfó por casualidad y pereció por la falta de entendimiento y los celos profesionales de sus componentes. 

 María Mendiola, la dama blanca, falleció en septiembre de 2021 a los 69 años de edad, pocas semanas después de hacer sus últimas grabaciones. 

Julián Molero - http://lafonoteca.net/grupos/baccara


 Baccara
 

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