jueves, 14 de octubre de 2021

Entre finales de los 50 y principios de los 60 surge en el panorama musical moderno internacional un tipo de música que prescinde de la voz cantante para dedicarse únicamente a aprovechar al máximo las posibilidades 
sonoras de los instrumentos electrónicos como órganos y guitarras.

  La revista Fonorama incluía en sus números publicados entre 1963 y 1965 una serie de entrevistas a cantantes y grupos con un cuestionario fijo. Una de las preguntas era: "¿Cuál crees que es el mejor conjunto español?". Más de la mitad de los encuestados contestaban que los mejores eran Los Relámpagos. La historia de este grupo es la de unos muchachos madrileños entusiastas del rock instrumental en general y del conjunto Johnny and the Hurricanes en particular. 

La característica distintiva de este grupo norteamericano era que basaban su música en el órgano y el saxo en vez de en la guitarra eléctrica, lo que le confería un particular sonido vibrante. Estos cinco muchachos van a coincidir en 1961 en un concurso de la radio, van a abandonar sus incipientes conjuntos para formar otro llamado Dick y Los Relámpagos, que pronto quedará reducido simplemente a Los Relámpagos. Son Pablo Herrero (órgano), José Luis Armenteros (guitarra solista), Ricardo López (batería) y los hermanos Ignacio Sánchez Campins y Juan José Sánchez Campins (guitarra de ritmo y bajo respectivamente). 

Juntos van a recorrer toda la década sin más cambios que los coyunturalmente impuestos por alguna mili de sus componentes. Su local de ensayo se encontraba en la calle Empecinado, junto a la vieja fábrica de cerveza El Águila. El primer contrato lo consiguen en 1962 en el Club Castelló, donde tocan seis horas diarias a cambio de dos vales de consumición por cabeza y las propinas que algún cliente les da. Los domingos por la mañana se les puede ver en actuaciones en colegios de la capital como el Sagrada Familia, el Ramiro de Maeztu, etc. La primera vez que pisan un estudio de grabación es como grupo de acompañamiento de Mike Rios (luego Miguel Ríos) y antes de acabar el año graban su primer EP propio. 

Su tema instrumental “Los vikingos” es muy bien recibido y será editado también en Portugal, Francia y Alemania. Su fama local se extiende rápido y por esas fechas actúan como plato fuerte en la primera matinal celebrada en el Price madrileño. Durante 1963 y 1964 graban seis EP más para el sello Philips. Son discos que sin constituir éxitos arrolladores se venden bien y consolidan la fama del grupo en todo el país. Tras el verano de 1964 Luis Sartorius de Los Estudiantes les convence para que fichen por Novola, sello subsidiario de Zafiro en el que se pretendía promocionar la música juvenil. 

Los Relámpagos ya andan dándole vueltas a la idea de un cambio de estilo que tenga que ver con hacer una música instrumental genuinamente española. Conocen a Maryni Callejo, por entonces productora de Los Brincos, que les ayuda a perfeccionar su idea e incardinarla con el spanish sound, un tipo de música a caballo entre lo cañí y el rock que aparece con los primeros discos de gente como Los Brincos, Los Botines o Los Cheyenes. 

Claro que todos estos cantan y ahora se trataba de hacer temas instrumentales. La idea no es ninguna novedad. Un año antes Los 4 Jets, Los Sonor y Los Continentales ya han hecho esporádicas adaptaciones instrumentales de temas populares españoles; sin embargo, Los Relámpagos serán los primeros en abordar el asunto de forma continuada. 

La idea de la productora y los músicos cuaja en unas sesiones de grabación verdaderamente decisivas realizadas en los estudios de la RCA, en Madrid. De aquellas sesiones en los estudios de la Avenida de América salen dos EP que van a situarse en el top 10, un magnífico LP y el mayor éxito popular del grupo “Nit de llampecs”, que se va a pasar más de cuatro meses entre los discos más vendidos. El inconfundible estilo de Los Relámpagos se basa en encajar melodías procedentes de la música clásica nacionalista española, de la música folclórica o la copla en estructuras rítmicas y desarrollos musicales típicos de la música moderna de los 60. 

El órgano y la guitarra de punteo se alternan en el desarrollo de la melodía, mientras que el bajo y la batería forman un todo rítmico indisoluble. En ocasiones, una guitarra acústica o española hace labores de guitarra rítmica. El 19 de mayo de 1966, fecha que algunos consideran la puesta de largo del pop español es uno de los cinco conjuntos seleccionados para participar en el I Festival de Idolos, celebrado en el Palacio de los Deportes de Madrid y patrocinado por el Corte Inglés. Tras ellos, y por este orden, Los Mustang, Los Sirex, Los Bravos y Los Brincos. 

 Ese mismo año, 1966, Maryni se los lleva a los estudios SAAR, en Milán, de allí regresarán con el material suficiente para completar un par de álbumes que saldrán al mercado en 1966 y principios de 1967 con los títulos "Lo Mejor de Los Relámpagos" (Zafiro, 1966), que también contiene material grabado en España, y "6 Pistas" (Zafiro, 1967). Temas como “Danza del fuego”, “La santa espina” o “El baile del bufón” proceden de esas grabaciones italianas y se aúpan a los primeros lugares del hit parade. 

Todo este material también se edita con regularidad en Sudamérica y varios países europeos. Hacia 1968, Los Relámpagos comienzan a perder parte de su brillo y ese mismo año José Luis Armenteros y Pablo Herrero abandonan para dedicarse en exclusiva a su faceta de compositores. El grupo se rehace pasando Juanjo Sánchez Campins a la guitarra solista y su hermano Ignacio al órgano. Cambian de casa discográfica y recalan en la RCA donde grabarán un excelente e injustamente tratado LP titulado "Páginas Musicales de la Historia de España" (RCA, 1969). 

Ricardo, Juanjo e Ignacio, junto a distintos músicos seguirán a trancas y barrancas con el proyecto Relámpagos hasta 1972 en que el grupo se deshará oficialmente. Entre tanto, el tándem Pablo Herrero y José Luis Armenteros se ha convertido en la pareja de compositores que más discos venderá en España en la década de los 70. En los años que van de 1969 a 1975 trabajan a destajo escribiendo un éxito tras otro para Nino Bravo, Fórmula V, Rocío Jurado, José Luis Rodríguez El Puma, Braulio y un largo etcétera. 

 Aún aparecerán tres nuevos larga duración del grupo. El primero es un trabajo casi particular de Pablo y José Luis destinado a una serie de dibujos animados para televisión con motivo del Mundial de Fútbol 82, celebrado en España. El segundo en 1990 es un buen trabajo de los hermanos Sánchez Campins en un intento serio de reflotar el grupo que durante algún tiempo vuelve a la carretera… y a la televisión. El último es un nostálgico trabajo también de los hermanos Sánchez que para Juanjo va a ser su despedida definitiva, pues se marchó para siempre en 2008. 

 Los Relámpagos han sido como nadie corredores de fondo de la música y lo digo por sus discos reeditados una y otra vez en vinilo, en CD, en copias fieles a los originales, en recopilatorios de éxitos y de mil maneras más, pero siempre con un apreciable número de ventas. Sellos como Zafiro, RCA, Caudal y Rama Lama han puesto casi cada año en el mercado discos y más discos con las grabaciones originales del grupo. Los Relámpagos, en cambio, no han sido grupo de grandes hits, pero al final han acabado vendiendo tanto o más que esos números uno, pues muchos años después de haber sido grabados, sus discos seguían vendiéndose en cantidades apreciables y eso sólo está al alcance de los más grandes de la música y de aquellos que han sabido construir un estilo original y permanecer fieles a él. Apuntemos finalmente dos detalles pocos conocidos. 

Los Relámpagos es el único conjunto instrumental español que aparece en las historias universales de la música rock en el apartado de conjuntos instrumentales, compartiendo plano de igualdad con Shadows, Spotnicks, Ventures, etc. Un segundo detalle: en Estados Unidos se editó hace unos años un disco titulado “New Word Relámpagos” (Sirena, 2000) en el que jóvenes grupos y solistas instrumentales norteamericanos interpretaban versiones de las más famosas canciones del grupo español.
En 2014, el grupo se rehace con tres componentes históricos: Ignacio Sánchez-Campins, Ricardo López Fuster y Vicente Pastrana, más la incorporación en la guitarra de otro ilustre veterano: José Antonio Soler, procedente de Los Rangers y Los Jets, que va a sustituir a los fallecidos guitarristas: Juanjo Sánchez y José Luis Armenteros. Esta última formación grabará en 2019 un interesante: "Reflejos de Copla" (Rama-Lama). 

 Otros muchos músicos han pasado por la formación de Los Relámpagos de forma accidental como sustitutos y colaboradores para grabaciones determinadas. Gente como Vicente Pastrana, Juan Camacho, Fernando Mariscal, que en sus años juveniles estuvo en Los Polaris, Victor Gines, de Los Diablos Negros, o los más recientes Juanjo Sánchez Junior, Eduardo Talavera, Vicente Burgos, o el primer bajista del grupo, Paco Romero. 

No queremos minimizar sus aportaciones, pero en la lista de componentes del grupo es de justicia colocar solo a los cinco relámpagos que se encontraron casi por casualidad en el programa Ruede la Bola de Radio Madrid en 1961 y que desde ahí consolidaron uno de los más respetados, admirados y recordados grupos de la historia del rock español.
Los Relámpagos - Popurri
 

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