Al introducirnos en los orígenes del rock en España es normal encontrar grupos que, por multitud de circunstancias y méritos, tienen sus nombres escritos en mayúsculas, y otros que, con el paso del tiempo, se nombran más de pasada, en un segundo plano. Tal vez The Brisks pertenezcan a estos últimos, pero su carrera fue firme y exitosa en los 60 e incluso hoy día recordamos algunas de sus grandes canciones. También es un hecho importante el que por sus filas pasaran algunas de las figuras más importantes de la música que se produjo en el país en años posteriores.
A los pies de la hercúlea columna africana, dos chicos del popular barrio de Villa Jovita y otros del centro de la ciudad formaron este combo estudiantil en los primeros 60, dándose al directo en las fiestas municipales. Podría imaginarse como muy difícil el salto del grupo al resto del territorio nacional debido a su posición geográfica, pero lo cierto es que entonces era menos costoso que ahora, y además contaba con la suerte de que, en aquellos tiempos, Marruecos era un lugar lleno de oportunidades y sitios donde tocar, y la cercana Costa del Sol ya despuntaba como lugar de ocio y no había discoteca sin música en vivo.
Así, The Brisks consiguieron cruzar el charco y, tras actuar en diversos puntos de la península, consiguen grabar para la pionera Belter, casa en la que, entre 1963 y 1968, editaron once EP y tres sencillos. En ellos, el grupo hace versiones de populares éxitos extranjeros, adaptando la mayoría al castellano, especialmente canciones de The Beatles, junto a otros temas propios, y estilísticamente se mueven entre las diversas tendencias de moda del momento: surf, twist, rock ‘n’ roll, etc.
El grupo se dedica a girar por el país y hacen algunos conciertos también en Portugal, Marruecos e incluso Alemania. Técnicamente eran muy correctos y profesionales, nada innovadores o creativos, pero por ello mismo se ajustaban a otra de las tareas que a menudo desempeñaron, como fue la de banda de acompañamiento. De tal modo ejercieron su labor junto a Rocío Dúrcal,Conchita Velasco o Ennio Sangiusto, entre otros.
Su estilo sencillo y candoroso, patente en canciones como “Pepe será papá” o “María Cristina”, les asegura el éxito en los guateques del momento. Su sello les coloca en un lugar preferente. A medida que avanzaba la década y se imponían nuevas modas, el grupo intenta adaptarse a estas tendencias y llega a grabar una versión de Jimi Hendrix, “Stone free”. Pero, con todo, el grupo desaparece entrada la década de los 70.
Pasados los años, el grupo resucitó dando conciertos de nostalgia en la zona de la Costa del Sol, para desaparecer definitivamente en 2004 tras la muerte de Julio Rey, miembro fundador del grupo y uno de los partícipes del retorno junto a José García. El concierto que ofrecieron en su memoria fue la última actuación de la banda.
Como se indicaba al principio, un elemento de interés que podemos encontrar en The Brisks a nivel histórico es que por sus filas pasaron algunos destacados vocalistas de los primeros años del rock español, o involucrados en significativos proyectos, pues el baile de miembros fue habitual.
Es el caso de Julián Granados, anteriormente en Los Ángeles Azules -germen de Los Ángeles-, después en Los Buenos y finalmente solista; Pedro Ruy-Blas estuvo en Los Grimm, militó en Canarios sustituyendo temporalmente a Teddy Bautista antes de recalar en The Brisks y más tarde formó el grupo Dolores; Teddy Raster (aparece escrito también Ruster y/o Rooster), aunque de notoriedad claramente inferior a los dos anteriormente mencionados, estuvo un tiempo en Máquina! y prosiguió brevemente en solitario.
En general, la mayoría de sus componentes dejaron el mundo de la música guardando su paso por The Brisks como un hermoso recuerdo de juventud.
LaFonoteca
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