Formato: FLAC
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Un LP a mayor gloria de la guitarra pekenike de Lucas Sainz con el acompañamiento de una nutrida orquesta dirigida por José Luis Navarro, uno de los arreglistas de toda la vida. La preponderancia la adquiere la guitarra española, aunque también hay alguna intervención de la eléctrica.
La canción que se lanzó como estrella de este disco fue “El matador“, una suerte de copla instrumental muy influenciada por Paco de Lucía en el que abundan los apuntes levemente aflamencados por parte de la orquesta y del propio solista.
No tiene la calidad de “Caminando” (Columbia, 1975), el tema de presentación de este intérprete, que, por cierto, también fue incluida en este LP, abriendo su cara B.
Toques de playa hawaiana para esa “Playa Albatros“, un tema romántico y poco clasificable ideal para el baile agarrao o para escuchar como música de fondo en plan hilo musical. Pachanga alegre para “Vísteme despacio“, que ya había sido editada meses antes en la trasera del single de presentación.
También en la cara A la referencia obligada a Los Pekenikes con un tema que el propio Lucas compuso para su grupo. Una maquillada “Lady Pepa” y una de las mejores melodías instrumentales españolas del pasado siglo con un regusto a clasicismo, aquí un tanto estropeado por una orquesta ciertamente estridente. Cierra la primera cara “Rodilla rota“, un tema más duro con una guitarra de punteo que nos transporta a tiempos en que The Shadows era el primer conjunto mundial; es decir, a los primeros 60.
Hubiera ganado si no se hubiese metido con calzador una orquesta que maldita la falta que hacía.
La cara B se abre con la ya comentada “Caminando“, único título conocido de la exigua carrera solitaria de Lucas. También en esta cara nos topamos con la única pista no firmada por el guitarrista. Se trata de “Recuerdo”, una pieza de Fernando Sor, padre de la guitarra clásica española allá por el siglo XIX.
El resto pierde un tanto respecto a la muy recomendable cara A. “Aquel hombre” es un peñazo edulcorado, “Pies frescos“, una pieza bailable y discotequera con abruptos cambios de ritmo y gran despliegue guitarrero. “Igual que ayer” tiene una melodía pegadiza y eleva el nivel a la hora de dar por terminado un disco de escucha agradable.
LaFonoteca
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