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En su álbum de 1990, Bandido se incluía la canción del mismo título que defendieron en el Festival de Eurovisión de ese año, celebrado en Zagreb (Croacia), quedando clasificadas en el quinto puesto.
Fue el paso inevitable del mercado español al europeo. Pero no el único salto, porque en América empezaron a reclamarlas y en Japón se convirtieron en la imagen de esa música española que tanto se admira por allí. De este álbum también se extrajo para single el tema Ven devórame otra vez.
El álbum Mambo (91) con gran éxito en Japón, los singles de él editados: el del mismo título que el álbum y Torero!, y el álbum Ojos negros (92) con los singles Hazme el amor y Moliendo café, fueron otros pasos firmes hacia el estrellato. Hasta el punto de que Emilio Estefan se fijó en ellas y quiso producirlas, porque el hombre que había abierto la llave del mercado anglosajón a la música latina, veía en Azúcar Moreno un potencial del que todo el mundo hablaba y todavía no había acabado de explotar.
El trabajo de Emilio Estefan y Azúcar Moreno se plasmó en el álbum El amor, de 1994. Los temas más escuchados de este álbum fueron, además del que dio título al álbum, Hay que saber perder.
Los éxitos de las dos hermanas Salazar empezaban a ser de tal nivel que era imposible mantener el ritmo de un álbum al año. Las giras por toda la América de habla hispana, empezando por la poderosa comunidad latina de los Estados Unidos hasta Argentina, sumadas a sus conciertos en España y a sus compromisos en las televisiones de toda Europa y el lejano Oriente hacían durar cada uno de sus álbumes mucho más tiempo del que soportaría un solo mercado.
Gracias A+
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