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La segunda entrega de Mocedades, va a hacerse con los mismos ocho componentes de la primera y marcando una cierta continuidad con el anterior. Y digo cierta porque, aunque siguen predominando temas procedentes de Norteamerica, especialmente de la inagotable mina del espiritual negro; por ejemplo “Peace in the valley” “Go, tell i ton the mountain” o “The cotton picker's song”; presenta algunas novedades. Nuevas fuentes como “Oi pello pello" , la primera canción del grupo cantada en euskera, o el tema beatle “Let it be”.
Una apertura del particular prisma óptico del grupo que los va a llevar a adaptar el 2º Movimiento de la “Sinfonía del Nuevo Mundo” (Dvorak) bajo el título de “Más alla”, que iba a suponer el pasaporte para el éxito del grupo. Un arreglo delicado, más o menos respetuoso con el original con una parte fugada rítmica íntegramente vocal en el centro, señalando la frontera de un tema clásico convertido en balada. Mocedades no pierde ese aire de grandeza pionera con que el compositor checo quiso describir la colonización de Norteamérica en el siglo XIX.
En casi todos los temas restantes hay algún aliciente, algún detalle a paladear cuidadosamente. La suave sensualidad africana de “Amuba Kiba” o los arreglos jazzísticos made in Juan Carlos Calderón de “Peace in the valley”, la referencia a Peter, Paul & Mary en uno de sus temas más celebrados y característicos en “Go, tell i ton the mountains” con una conjunción vocal de una precisión pocas veces oídas en grupos de estos lares.
“Just a closer walk with thee” es otro de los temas sacados de su espectáculo musical “América Negra”, que supuso la primera gira nacional de un grupo, que desde sus inicios optó por los conciertos en auditorios y teatros.
Algo parecido puede decirse de esa canción de los recolectores de algodón que entra de lleno en la estética de grupos folk como Nuestro Pequeño Mundo.
La versión que Mocedades hicieron de “Let it be” fue muy imitada por los grupos aficionados de folk que proliferaban en aquella época. Sobre un sencillo lecho de guitarras y pequeña percusión vuela la voz de Amaya, contestada por el coro. Una lectura alejada de la original, pero, sin duda, cargada de atractivo. Una demostración del valor de la sencillez en la música.
Sergio Blanco se baña en su propio río, uno de esos ríos que ya casi han sido borrados de los mapas de nuestro país. Seguramente un tema de relleno, pero de relleno bien aliñado de voces. Uno de los temas que J.C. Calderón compuso para sus pupilos. De los valles de su tierra extraen la balada “Oi, pello pello”, un tema folclórico vasco que Estíbaliz canta con su voz angelical que transporta al campo verde y al heno recién segado.
En fin, se me nota que es un disco que he disfrutado escuchando muchos años después de la primera vez. Supuso la consolidación de un grupo que pronto debería enfrentarse a su primera crisis, pero que se había convertido ya en el principal grupo folk de nuestro país.
LaFonoteca
Muchas Gracias A+
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