jueves, 4 de mayo de 2023

Héroes Del Silencio

Grupo de rock con influencias pop y góticas, uno de los pocos "de masas" que ha dado este país, con gran éxito también en Europa y América
¿Cómo hace uno para escribir sobre Héroes del Silencio 
sin pasar por lugares comunes? ¿Sin decir cosas como “o se los quiere o se les odia, no hay punto medio”? Aunque esta última frase tiene su punto de razón. Los fans de Héroes lo son hasta la última consecuencia y no entenderán ni por asomo que haya también una legión de detractores que echan pestes de los aires de grandeza de los maños. Al margen de filias y fobias hay una serie de datos sobre el grupo que son inamovibles (esto es: objetivos). 

Ningún otro grupo ha arrastrado consigo tal devoción y fanatismo en este país, hasta el punto de existir tantos discos piratas y bootlegs de Héroes del Silencio como de otros llenaestadios de finales de los 80 tipo Depeche Mode o U2 (apenas seguiremos con esta odiosa comparación en la que plumillas de toda índole y nacionalidad llamaban a nuestros Héroes los “U2 españoles” o, en un alarde de mal gusto “U3”). También es de rigor decir que Héroes de Silencio sí conquistaron el duro mercado europeo (sobre todo Alemania) y el (no tan duro) mercado latinoamericano. Todo esto con un planteamiento alejado de las propuestas españolas más vendibles en el extranjero (los pastiches latinos) y siempre cantando en castellano. 

 En 1985 y tras el paso por varios combos (Proceso Entrópico, Tres de Ellos, Edición Fría y Zumo de Vidrio) se consolida la formación definitiva del grupo: Enrique Bunbury (voz), Juan Valdivia (guitarra), Pedro Andreu (batería) y Joaquín Cardiel (bajo). Ya la elección del nombre tiene cierto halo de leyenda, al parecer fue hecha a última hora en la puerta de un estudio de radio. Ese año el grupo realiza un gran número de conciertos en los que van aumentando su fama. No obstante, telonearon a grupos españoles (El Último de la Fila, Puturrú de Fuá, 091, La Unión) e incluso artistas extranjeros como Alphaville o el propio Franco Battiato. 

 Dos años más tarde EMI recibe una maqueta del grupo. La discográfica había hecho un seguimiento de la trayectoria de Héroes del Silencio y pensaba que tenían mucho potencial. Aun así el sello pone el grupo a prueba. Antes de realizar cualquier LP han de grabar un maxi-single y vender más de 5.000 unidades. Así se edita “Héroe de Leyenda” (EMI, 1987), su primera referencia. El sonido es muy claro: notorias referencias inglesas (la canción homónima recuerda en sus percusiones peligrosamente al “Play for today” de The Cure) sin renunciar al sonido, digamos, más latino. 

Las ventas superan las 30.000 copias, por lo que el año siguiente se graba el primer LP del grupo, “El Mar no Cesa” (EMI, 1988), que contiene dos de los temas del maxi (“Heroe de leyenda” y “La lluvia gris”), y que mantiene ese sonido marcadamente post punk (no sería muy arriesgado hablar de la influencia de Johnny Marr y Morrissey en Juan y Enrique, respectivamente, aunque este último siempre ha tenido más cerca la sombra de Bowie… y de hecho aún no se ha librado de ella). Aunque “El Mar no Cesa” incluye muchas de las mejores canciones que el grupo ha grabado nunca (hablamos de “Mar adentro”, “Flor venenosa”, o incluso la agridulce “Hace tiempo”), los resultados no son del gusto de todos. 

Si bien Héroes nunca renunciará al pop (que no tiene por qué estar reñido con la dureza) son, en esencia, un grupo de rock, tal y como sabían los muchos seguidores que ya tenían antes de editar ningún trabajo. El sonido del disco, pues, no satisface del todo al grupo. Lo encuentran sobreproducido y en él no ven su verdadera esencia. Por eso, no tardan en grabar precisamente un EP en vivo,“En Directo” (EMI, 1989), que servirá de antesala a su próximo proyecto. Para que esto ocurra necesitan a alguien de confianza en la mesa de mezclas. 

Y lo encuentras en el mítico guitarrista de los míticos Roxy Music, Phil Manzanera. ¿Cómo no va a confiar uno en el tipo que tocó ese abrasivo solo de guitarra en “Baby’s on fire” del primer disco en solitario de Brian Eno?. (Nota para plumillas: ¿alguien se dio cuenta que mientras un ex-Roxy Music producía la época de oro de U2, otro estaba a punto de hacer lo mismo con Héroes del Silencio?. ¿O es mejor ver las cosas simplemente como son?: “creemos que sí”). 

 La comunicación con Manzanera fue total y el resultado el buscado. “Senderos de Traición” (EMI, 1990) es la obra de la que más satisfecho está la banda. No sólo a nivel compositivo (el LP abre con sus dos canciones más conocidas, las que además les llevaron al éxito masivo) sino además en el sonido (aunque tiene esas influencias siniestras, es un disco de rock) y en el lírico (las letras de Bunbury tienen un contenido más sólido, aunque cada vez son más oscuras y difíciles). El éxito les lleva a Sudamérica y a Europa (que, como todo el mundo sabe, siempre ha estado más lejos que América para los artistas españoles), sobre todo a Alemania. 

 Tras un nuevo disco en directo, “Senda 91” (EMI, 1991), tres años después repiten con Manzanera como productor para su tercer álbum. “El Espíritu del Vino” (EMI, 1993) ahonda en el lado más rockero del grupo (cosa que se ve en las intenciones de Juan Valdivia), tal y como se aprecia en el primer single, “Nuestros nombres”, con un riff de guitarra pesado y marcadamente siniestro. El disco es fiel a aquella famosa máxima de Blake (“El camino del exceso conduce al palacio de la sabiduría”) y cuenta con una producción más elaborada, además de unos temas mucho más ambiciosos, en forma y contenido. De hecho, hasta habría que decir que el libreto del CD es enorme: no obstante, todas las letras están traducidas al inglés. 

Precisamente con el nombre de Camino del Exceso inician una mastodóntica gira por Europa y América en la que contarán con un segundo guitarrista, Alan Boguslavski. Tras el fin de la gira y un breve descanso el grupo se embarca en lo que será su último disco de estudio. En “Avalancha” (EMI, 1995) prescinden de Phil Manzanera y abrazan definitivamente el hard rock. No obstante, el productor elegido es Bob Ezrin con quien, entre otros, KISS y Alice Cooper grabaron sus mejores discos. Escuchar “El Mar no Cesa” y “Avalancha” seguido es un curioso experimento. Aunque el sonido no tiene absolutamente nada que ver queda muy claro que se trata del mismo grupo. 

Un grupo que ha llegado al punto más alto de su evolución siendo fieles a sí mismos. Si el disco de 1988 tenía innegables regustillos latinos, el de 1995 es eminentemente americano (quizá con la excepción de “Opio”) con dejes orientales que ya habían adquirido con “El Espíritu del Vino”, y que Bunbury continuaría desarrollando en su carrera en solitario. Tras la pertinaz gira se edita un doble CD en directo “Parasiempre” (EMI, 1996), y anuncian su separación. Tras ello, aparte de ediciones de grandes éxitos y otros menesteres –“Rarezas” (EMI, 1998), “Canciones 84-96” (EMI, 2000), “El Ruido y la Furia” (EMI, 2005)– salvo Joaquin y Juan (que tuvieron incursiones musicales muy puntales), no se han estado quietos. 

Pedro formó el grupo Puravida (donde cantaba y tocaba la guitarra) y el proyecto DAB. Enrique Bunbury, como bien es sabido, ha sido el que mejor ha sabido reconducir su carrera en solitario creando un corpus propio alejado del de Héroes: electrónica, rancheras, coplas, todo ello supeditado al rock, claro. Pero como suele ocurrir con estos “grupos míticos”, en el mismo momento en que se separan empiezan las especulaciones de un posible regreso. 

Al igual que ocurrió con muchos otros este se dio en forma de una pequeña gira en el año 2007, que les llevaría a Guatemala, México, Argentina y Estados Unidos, además de a Valencia, Sevilla y, como no, Zaragoza. Como era de esperar, el apoyo fue masivo: tanto por los fans como por los medios. Se reeditó toda la obra del grupo de todas las formas posibles y se lanza un nuevo doble CD en directo que recoge temas de estos esperados conciertos: “Héroes del Silencio – Tour 07” (EMI, 2007). 
LaFonoteca

Héroes del Silencio - Tesoro, El Último Silencio - 2007

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