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ANTONIO PELÁEZ, cantante de copla y bailarín andaluz, más conocido mundialmente con el nombre artístico de ANTONIO AMAYA, nació en Jaén en el año de 1923. y murió el pasado 14 de mayo de 2012, en una residencia de Sitges, donde pasó los últimos años de su vida, ya retirado de los escenarios. Es considerado uno de los mejores intérpretes del género de la segunda mitad del siglo XX.
Actualmente vive retirado en Sitges (Garraf). De pequeño, Antonio Amaya tuvo clara su vocación de convertirse en artista. En 1947, y por esta razón, marchó hacia Barcelona, donde empezó a trabajar en un espectáculo de variedades. Ese mismo año firmó un contrato discográfico con la compañía gramófono Odeón, para la que grabó sus primeras canciones, entre las que se pueden citar el pasodoble Doña Luz de Lucena, la marcha Yo quiero estar a tu vera, el garrotín El gitano Cundo o la zambra la Medallona.
En esta misma ciudad llevó al teatro el espectáculo Bronce y oro, que finalizaría en marzo de 1947.
El jiennense fue quien estrenó el pasodoble Doce cascabeles, el mayor éxito de su larga, prolífica y admirada carrera.
Su voz personalísima y su gran sentido de la interpretación le hicieron ser uno de los artistas más admirados de la copla. Nacido en 1923 en Jaén, Antonio Peláez, apellido que más tarde cambiaría por el artístico Amaya, se marchó muy joven a Barcelona, donde pasó la mayor parte de su vida, logró grandes éxitos y hace diez días, falleció alejado de los focos.
Fue el pasado 14 de mayo, en una residencia de Sitges, donde pasó los últimos años de su vida, ya retirado de los escenarios.
Su mayor éxito le llegó en 1952, justo diez años después de marcharse de Jaén, donde soñaba desde niño con ser artista, según contó en una entrevista a Diario JAEN en 1961.
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